La alopecia es uno de los trastornos que más afecta a los hombres después de los 20 años, aunque las mujeres tampoco están exentas de padecerla. Sin embargo, debido a una combinación de factores genéticos y hormonales, los caballeros son más propensos a sufrir de calvicie desde temprana edad. Las entradas en las sienes y los claros en la coronilla, advierten el principio del problema. Más no todos los tipos de alopecia encierran la misma gravedad, ni se manifiestan de la misma manera.
El pelo se cae por múltiples razones. El estrés, la anemia, el abuso de planchas y secadores, los peinados tirantes y alteraciones en glándulas delicadas como la tiroides. Son variables que inciden en la merma de la densidad capilar. Pero cuando se produce una caída de cabello sostenida y sin ningún fundamento aparente. Lo principal es identificar el tipo de alopecia que se está presentando, porque solo así se hallará el modo más apropiado de tratarla o de abordarla.
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¿Cuáles son los principales tipos de alopecia?
Dependiendo del grado de afección de los folículos pilosos y del pronóstico de recuperación que se derive en función de ello. Los tipos de alopecia pueden clasificarse en dos grandes grupos: cicatriciales y no cicatriciales. La cicatriciales se caracterizan por ir acompañadas de la destrucción del folículo piloso y por ende se consideran irreversibles. Por lo general, son la consecuencia de una enfermedad en el cuero cabelludo. Aunque también pueden derivarse de lesiones, traumatismos y quemaduras.
En ese orden, en función de su origen suelen dividirse en primarias y secundarias. Las primarias corresponden a afecciones del cuero cabelludo. Mientras que las secundarias están más asociadas a daños producidos por cirugías o traumatismos.
Las alopecias no cicatriciales, por otra parte, son aquellas formas de calvicie potencialmente reversibles. Básicamente porque dentro de esta categoría los folículos pilosos no se han atrofiado por completo y es posible recuperarlos recurriendo a los tratamientos adecuados. Esta tipología es, con frecuencia, la causa más común de pérdida de cabello. Sin embargo, si se atiende en estadios más tempranos será más sencillo revertir su efecto y estimular el crecimiento de nuevas fibras capilares.
Así que a partir de dichas diferenciaciones y en el marco de las dos principales variantes podemos enumerar al menos 5 tipos de alopecia:
Alopecia androgénica
Este es el tipo de calvicie más común de todas y se estima que más del 60% de los hombres se ve afectado por ella a lo largo de su vida. Es el resultado de una mezcla entre factores hormonales y genéticos e impacta en mayor medida al género masculino de edad avanzada. Sin embargo, en líneas generales se caracteriza por la miniaturización de los folículos pilosos.
Su naturaleza es lenta y progresiva y adopta diversas formas. Parte por el despoblamiento menor de la región frontal y de la aparición de las famosas entradas. Hasta llegar a la ausencia total del cabello en la coronilla y sus alrededores.
Bajo sus efectos las hebras crecen más débiles y finas de lo normal, además altera el funcionamiento de las glándulas sebáceas.
Alopecia difusa
Se trata de una caída del cabello homogénea e indiscutiblemente visible en toda la cabeza. Inicia con la reducción del tamaño del folículo piloso y de ahí en adelante el pelo empieza a volverse más fino y quebradizo. Este tipo de alopecia se distingue por presentar una pérdida de densidad capilar y de volumen generalizada. No obstante, a diferencia de otras variantes, su manifestación no es precedida por síntomas de irritación, descamación, ni inflamación.
En estos casos el cuero cabelludo luce aparentemente normal y con frecuencia es un tipo de alopecia puntual y de carácter reversible. Sobre todo, si se diagnostica de forma precoz, antes de que el trastorno capilar haga estragos.
Lo más habitual es que se desarrolle como consecuencia de una enfermedad o de alguna otra circunstancia puntual. Como por la ingesta de ciertos medicamentos, déficits nutricionales, infecciones o trastornos endocrinos. Pero en esencia no llega a ocasionar una calvicie total, sino más bien una escasez evidente de cabello.
Alopecia areata
Es una forma súbita calvicie de origen autoinmune que no tiene cura. Se puede tratar, más no prevenir y se manifiesta mediante parches redondos en el cuero cabelludo. Aunque también se presenta en otras zonas del cuerpo como en la barba, en las cejas, en los brazos y en la zona de los genitales.
Sus desencadenantes concretos aún se desconocen. Sin embargo, estudios preliminares sugieren que guarda relación con los efectos secundarios de algunos fármacos, con infecciones por virus y con estrés emocional. De igual forma, afecta con mayor frecuencia a personas con vitíligo, lupus y psoriasis.
De acuerdo con la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), se estima que hasta un 1,7% de la población podría experimentarla.
Alopecia universal
Es en esencia una forma avanzada de alopecia areata, por lo que se le considera una expresión de dicho tipo de calvicie. Se caracteriza por la pérdida total del cabello y se presume que tiene un origen autoinmune, aunque aún se desconoce la causa exacta que la desencadena. La comezón y el ardor suelen ser síntomas que la preceden y en algunos casos puede estar asociada con otras afecciones como la dermatitis atópica, trastornos de la tiroides y cuadros de ansiedad.
Hasta el momento se cree que no tiene cura, sin embargo, el cabello podría volver a crecer en algún momento. Durante este trastorno capilar los folículos pilosos se encuentran en una especie de fase de latencia. Por tanto, existen posibilidades de que el pelo nazca de nuevo cuando las condiciones de la piel del cuero cabelludo sean las adecuadas. Además, por sus implicaciones también acarrea la caída del pelo en otras zonas del cuerpo como las cejas y las pestañas.
Alopecia fibrosante
Consiste en una calvicie de tipo cicatricial, es decir, que acarrea una destrucción total de las unidades foliculares a consecuencia de un proceso inflamatorio. Afecta con mayor frecuencia a las zonas de la diadema, las cejas y las patillas. Aunque si se detecta de forma temprana puede mejorar y tornarse reversible.
Esta caída del cabello suele ser lenta y progresiva, por lo que en la mayoría de los casos no se suscita la pérdida de volumen de un solo golpe. Y diferencia de la alopecia androgénica, esta variante tiene una mayor incidencia entre las mujeres. Especialmente, como un efecto colateral tras la menopausia.
Sus causas aún no están del todo definidas, pero se estima que se deriva de un doble mecanismo autoinmune y hormonal. Sin que se descarten del todo los factores genéticos y ambientales.
Tratamientos para contrarrestar la alopecia
Una vez diagnosticada la enfermedad y precisados los tipos de alopecia que presenta cada paciente. El dermatólogo tricólogo procederá a indicar un tratamiento que responda a las expectativas y necesidades de cada caso.
En ese orden, cuando la calvicie compromete la salud capilar y la autoestima de una persona. Las soluciones se dividen entre las que ayudan a frenar la caída y aquellas con las que se busca resolver de manera estética la pérdida total o parcial del cabello.
De este modo, entre los tratamientos más recomendados para parar la pérdida de cabello destacan:
Láser capilar
Trabaja en base a una luz roja de baja frecuencia que se aplica sobre el cuero cabelludo para estimular la microcirculación sanguínea. A través de este procedimiento los folículos pilosos son oxigenados para recibir una mayor nutrición. Una intervención con la que se logra mejorar la calidad de las fibras capilares y se potencia el crecimiento de las hebras.
Mesoterapia capilar
Consiste en la administración subcutánea de vitaminas, minerales y aminoácidos. Se lleva a cabo mediante una serie de microinyecciones que rejuvenecen el cuero cabelludo y favorecen el engrosamiento de las hebras. La base de esta fórmula neutraliza el exceso de dihidrotestosterona, el andrógeno activo que causa la alopecia en hombres.
Vita X regeneración
Se centra en una terapia de bioestimulación que se vale del Minoxidil para interrumpir la caída del cabello. Este fármaco es un vasodilatador que estimula el crecimiento del vello. Su aplicación se efectúa mediante unos compresores de aire y un aplicador de micro-orifcios con el que se hace una ligera presión sobre el cuero cabelludo. Es un procedimiento completamente es indoloro, que además no demanda de inyecciones.
Para reforzar su efectividad de recomienda combinarlo con láser capilar o emplearlo tras la realización de un miciroinjerto.
Mientras que, entre los tratamientos médicos y estéticos más idóneos para solucionar la calvicie podemos sugerir:
- Sistemas de integración capilar
- Injerto capilar
- Pelucas
Recuerda que mientras más temprano se atiendan los síntomas de la calvicie en jóvenes, más posibilidades habrán de evitar los estragos de los distintos tipos de alopecia.
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