La meningitis es una enfermedad infecciosa. En la cual, el líquido y las membranas que están alrededor de la médula espinal y el cerebro se inflaman. Esto provoca dolor de cabeza, tensión corporal y fiebre. Aunque es más común que lo produzca una infección viral, hay casos donde parásitos, bacterias y hongos son el desencadenante. Cuando es de esta manera, la enfermedad se complica y puede causar la muerte. Tal es el caso de la meningitis bacteriana.
Cuando la meningitis es causada por una bacteria, el organismo puede verse gravemente amenazado. Esta afección incluso puede causar la muerte en pocas horas, aunque no es tan frecuente. Gran parte de los pacientes que han presentado síntomas de meningitis bacteriana se han recuperado. Aunque con algunas secuelas, como daño cerebral, discapacidades del aprendizaje o pérdida auditiva. Si deseas conocer aún más acerca de la meningitis bacteriana, continúa leyendo.
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Acerca de la meningitis bacteriana
La meningitis bacteriana es una infección que produce que el líquido cefalorraquídeo y las meninges se inflamen. Estas últimas son el tejido que cubre la médula espinal y el cerebro. Por lo que su alteración puede causar graves consecuencias. Aquí radica la diferencia entre meningitis viral y meningitis bacteriana.
Tal infección es causada por la bacteria que invade el sistema nervioso central. Debido a esto, la persona empieza a presentar rigidez en el cuerpo, dolores de cabeza y temperaturas elevadas. Aunque muchos logran recuperarse de esta enfermedad, no logran evadir sus secuelas. Como daño cerebral, discapacidad general, ausencia de la audición o dificultades del aprendizaje.
No hay una edad específica en la que esta enfermedad aparece. Sin embargo, los bebés y los infantes son los más propensos a contraer meningitis bacteriana.
Una de las formas con la que se logra combatir, es a través de las vacunas que se han creado. Estas son aplicadas durante la edad temprana para prevenir que algunas bacterias dañen el organismo. De igual manera, existen antibióticos que ayudan a proteger a las personas de la meningitis bacteriana. Los mismos son indicados a personas con un gran riesgo de contraer alguna enfermedad meningocócica y estreptocócica del grupo B.
Síntomas de meningitis bacteriana
Algunos síntomas que nos ayudan a identificar la meningitis bacteriana son:
- Temperaturas altas.
- Debilidad en los músculos.
- Tensión en la zona de la nuca.
- Alteración de la salud mental.
- Fuertes dolores de cabeza.
- Ausencia de apetito.
- Parálisis parcial.
- Foto sensibilidad.
- Aparición de manchas moradas en la dermis.
- Meninges irritadas.
Cuando se trata de recién nacidos, la detección de los síntomas es un poco más difícil. Los niños en edad lactante pueden manifestar depresión del sistema nervioso central. Pero también, falta de apetito, llanto excesivo, convulsiones, irritabilidad y vómitos.
La bacteria suele incubarse en 4 días, y una vez finalizado este tiempo los síntomas empiezan a ser más visibles.
Si hay sospecha de que un bebé o niño presenta estos síntomas, contactar lo más pronto posible con un médico. Generalmente, los síntomas suelen aparecer pasados 3-7 días después de haber sido expuestos. La única excepción es la meningitis tuberculosa, que puede tardar un poco más en presentarse.
La meningitis bacteriana es grave, puede causar convulsiones y provocar que la persona caiga en coma. Por tanto, todo aquel que crea estar presentando estos síntomas debe dirigirse a un centro médico inmediatamente.
Causas de la meningitis bacteriana
Las principales bacterias que causan la meningitis bacteriana son:
- Streptococcus del grupo B.
- Escherichia coli.
- Haemophilus influenzae.
- Streptococcus pneumoniae.
- Listeria monocytogenes.
- Neisseria meningitidis.
Aunque no es común, el Mycobacterium tuberculosis también puede causar esta enfermedad. La cual es llamada tuberculosis meníngea. También se pueden asociar estas bacterias a enfermedades como la septicemia.
Las bacterias que suelen causar la meningitis bacteriana pueden variar según la edad del paciente. Por lo tanto, las hemos dividido en esta clasificación:
- Recién nacidos: Streptococcus del grupo B, Streptococcus pneumoniae, Listeria monocytogenes.
- Niños y bebés: Streptococcus pneumoniae, Neisseria meningitidis, Haemophilus influenzae tipo b, Streptococcus del grupo B.
- Adolescentes y jóvenes: Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumoniae.
- Adultos: Neisseria meningitidis, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae tipo b, Streptococcus del grupo B y Listeria monocytogenes.
Cómo se contagia la meningitis bacteriana
Una de las preguntas más frecuentes acerca de esta enfermedad es ¿Cómo se contagia la meningitis bacteriana? Te explicamos:
Algunas bacterias, como la Listeria monocytogenes, pueden ser propagadas por medio de los alimentos. Sin embargo, gran parte de las bacterias que provocan este tipo de meningitis se propagan de persona a persona.
Una de las maneras en las que estos microbios son trasmitidos de persona a persona es a través del cuerpo. Muchas veces, estas bacterias pueden estar dentro o fuera de ellos, pero nunca han presentado ningún síntoma. Cuando es así, estamos hablando de portadores. Estos nunca se enferman, pero pueden contagiar a otros.
Algunos de los casos más comunes de contagio son:
- Streptococcus del grupo B y Escherichia coli: durante el parto, las madres pueden pasarles a sus hijos bacterias como Streptococcus del grupo B y Escherichia coli.
- Hib, S. pneumoniae y M. tuberculosis: cuando una persona contagiada o portadora tose o estornuda cerca de otra, puede trasmitirle estas bacterias.
- Neisseria meningitidis: secreciones como la saliva pueden trasmitir estas bacterias. Por lo tanto, al besar, toser o estornudar se pueden contagiar otras personas. Quienes están en mayor riesgo son los familiares o personas que viven con quien padezca esta enfermedad. Pues, hasta compartir utensilios de comida podría ser un factor de riesgo.
- Escherichia coli: esta bacteria se puede trasmitir a través de alimentos preparados. Por personas que no se lavaron las manos antes de la preparación.
Diagnóstico y tratamiento
Ante la sospecha de padecer meningitis, el médico deberá tomar muestras del líquido cefalorraquídeo o de sangre. Esto determinará cuál es la causa de la infección. Con este conocimiento, se podrá saber cuál es el tratamiento más adecuado.
En cuanto al tratamiento, se conoce que esta enfermedad suele ser tratada con diferentes antibióticos. Lo más importante es que el tratamiento sea suministrado lo más rápido posible. De esta forma, se evitan los posibles riesgos que conlleva esta enfermedad.
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