Garantizar la salud del corazón pasa por llevar un estilo de vida menos sedentario y por consumir más alimentos ricos en ácidos grasos o en omega 3. Pero también por mantener bajo control patologías de base que alteran su funcionamiento. Además, previo a cualquier cirugía dental es esencial que nuestro organismo esté libre estafilococos. Debido a que durante su viaje por el torrente sanguíneo estar bacterias podrían llegar hasta el corazón y provocar afecciones de origen infecciosas como la endocarditis.
La frecuencia cardiaca acelerada, la pérdida de peso, la fatiga, los cuadros de fiebre repentinos, la excesiva sudoración, las manchas cutáneas y los soplos cardiacos. Son signos de que algo no anda bien con el corazón. Aunque en casos de endocarditis, las complicaciones estarán sujetas a la severidad de la infección y a los daños que ocasione en las válvulas y cámaras cardiacas. Un problema que, de no ser diagnosticado y tratado a tiempo, podría ser hasta mortal.
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¿Qué es la endocarditis?
La endocarditis consiste en una inflamación del revestimiento interno de las válvulas del corazón, así como de las cámaras cardiacas que forman el endocardio. Es en esencia un trastorno cardiovascular de origen infeccioso y suele ser provocado por gérmenes y bacterias que se cuelan por el torrente sanguíneo hasta el corazón. Aunque también existe la posibilidad de que ingresen al organismo mediante las vías respiratorias o a través de la piel.
Lo cierto es que, una vez alojadas en este órgano, dan lugar a la aparición de vegetaciones valvulares. Aglomeraciones irregulares de microrganismos que al crecer y desprenderse pueden desplazarse hacia otros órganos vitales como el cerebro y los pulmones. Alterando significativamente la actividad de estos sistemas y aumentando las probabilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca y de sufrir accidentes cerebrovasculares.
¿Quiénes son más propensos a padecer de endocarditis?
Pese a que se trata de una rara complicación. De la que se detectan de 3 a 4 nuevos casos por año por cada 100.000 habitantes a nivel mundial. El riesgo de padecer de endocarditis aumenta durante la vejez. Por tanto, las personas de entre 70 y 80 años, son una de las poblaciones más propensas a desarrollar esta patología. Además, es tres veces más común en hombres que en mujeres y tiene un rango de mortalidad global de 25% entre quienes se enfrentan a ella.
Sin embargo, por diversas razones que detallaremos a continuación. También son más proclives a sufrir de endocarditis quienes ostentan las siguientes características:
Personas con malformaciones cardiacas congénitas
Quienes nacen con problemas estructurales en el corazón. Y todos aquellos que padecen de estenosis valvular aórtica, de estrechamiento aórtico y de defectos como la anomalía Ebstein. Corren un mayor riesgo de sufrir de problemas cardiacos como la endocarditis a largo plazo.
Básicamente, porque su sistema cardiovascular es más frágil y vulnerable que el del resto de las personas ante los estragos de bacterias de este tipo.
Trasplantados del corazón
Al ser un órgano extraño que se encuentra durante un largo proceso de adaptación a la naturaleza y a la dinámica de un nuevo organismo. Las personas trasplantadas que llegan a contraer cualquier infección deben llevar un mayor control sobre el avance de la misma para evitar complicaciones que puedan provocar el fracaso de la solución.
Afectados por enfermedades periodontales
Quienes de sufren de gingivitis o de periodontitis presentan un sangrado de leve a moderado en las encías. Y con el avance de la enfermedad su cavidad oral está más expuesta a la acumulación de bacterias. Bacterias que viajan a través del torrente sanguíneo y que se instalan en órganos vitales como el corazón. Un efecto colateral que termina por incrementar la incidencia de inflamaciones en el revestimiento de las válvulas cardiacas.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo de la enfermedad?
La endocarditis es una dolencia cardiovascular producida por una infección viral, aunque en algunos casos también puede ser desencadenada por hongos. Lo habitual es que dichos microrganismos ingresen a nuestro sistema a través de cavidad bucal y que durante su recorrido por el aparato circulatorio accedan a las diversas capas del corazón.
Al llegar hasta ese punto, bacterias como los estreptococos y los estafilococos empiezan a crecer y en un esfuerzo del sistema inmunitario por controlar la infección. Pueden surgir alteraciones en las válvulas cardiacas que sostienen el curso de la endocarditis.
En tal sentido y debido a la naturaleza de esta afección, entre los principales factores de riesgo para contraer dicha enfermedad destacan:
Cirugías dentales
Cualquier procedimiento dental que incluya sangrado constituye un potencial caldo de cultivo para desarrollar una infección de origen bacteriana. De ahí la importancia de las limpiezas dentales y de preservar nuestra salud oral para evitar la aparición de enfermedades bucodentales. Como la gingivitis y la periodontitis que contribuyen con la gestación de otras dolencias en el organismo.
Consumo de drogas por vía intravenosa
La constante colocación de cánula, sondas o drenajes para la administración de ciertos tratamientos. Así como el consumo de drogas por vía intravenosa, suele favorecer el paso de bacterias al torrente sanguíneo mediante jeringas o soluciones contaminadas. Esto, claramente incrementa las probabilidades de la inflamación del endocardio.
Procedimientos del tracto respiratorio
Algunas intervenciones quirúrgicas como la amigdalectomía para extirpar las amígdalas. Y otros procedimientos exploratorios como la broncoscopia, que permite observar el interior de las vías respiratorias mediante un broncoscopio. Pueden dejar que se cuelen bacterias o gérmenes al interior de nuestro cuerpo y por ende poner en riesgo la salud cardiovascular.
Procedimientos del tracto gastrointestinal
La cirugía del tracto biliar y otras operaciones quirúrgicas que involucran la mucosa intestinal, Guardan una estrecha relación con bacterias y parásitos que provocan malestar en el sistema digestivo. Así que, en pro de resolver dichos problemas, existe cierta posibilidad de que se cuele una pequeña cantidad de microrganismos hacia otros órganos, incluyendo el corazón.
Tipos de endocarditis
La inflamación del revestimiento de las válvulas cardiacas y posterior proceso de vegetación que tiene lugar en la endocarditis, puede avanzar de manera lenta o muy acelerada. Por tanto, dependiendo de la agresividad de la bacteria que esté ocasionando este trastorno. La endocarditis infecciosa puede clasificarse en dos tipos:
Aguda
La infección de las paredes del endocardio y de sus estructuras adyacentes, se considera aguda cuando los gérmenes que la originan son muy agresivos. En estos casos, la enfermedad cala con rapidez y en cuestión de días o semanas ha evolucionado.
Subaguda
Como su nombre los indica, este tipo de endocarditis es ocasionada por bacterias menos virulentas, por lo que el pico de la patología puede alcanzarse en meses. Sin embargo, en ninguno de los casos se debe subestimar su presencia, ya que con la aplicación de un tratamiento oportuno se logra reducir en mayor medida cualquier tipo de daños.
Tratamientos
Luego de que el cardiólogo examine el estado físico del paciente y tras confirmar la presencia de microrganismos en la sangre mediante un hemocultivo. Aunado a la información recabada en los ecocardiogramas, que terminarán de dejar claro el diagnóstico de las vegetaciones. El especialista tendrá carta blanca para indicar el tratamiento más apropiado.
Este dependerá de las circunstancias y características de cada paciente. Pero en la mayoría de los casos, para controlar infecciones de este tipo, lo primero que se administra son antibióticos por vía intravenosa. Preferiblemente, en las instalaciones de una clínica o un hospital. Mientras que, en casos de hongos, se puede sugerir la toma de medicamentos antimicóticos de por vida para prevenir la reaparición de la afección.
Y, solo en circunstancias en las que las válvulas se hayan visto seriamente afectadas o cuando el paciente corra un alto riesgo de embolia o abscesos. Se recomendará una cirugía de corazón para remover el tejido infectado.
De resto, en términos de prevención, se le insta a todas las personas a extremar sus medidas de higiene bucodental.
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