Cuando hablamos de disfunción sexual en la mujer, nos referimos a aquellos problemas que se presentan durante el acto sexual. Este padecimiento puede llegar a afectar la respuesta sexual, el orgasmo y el deseo. Pero, ante episodios esporádicos o consecutivos de tensión, también es posible que se presente dolor. Tales problemas son un claro signo de disfunción sexual femenina.
La disfunción sexual femenina no tiene un tiempo de aparición establecido. Además, también existe la posibilidad de que los problemas sexuales de las mujeres se presenten en determinadas situaciones. O en todas las relaciones íntimas. Las disfunciones sexuales femeninas se relacionan con diversos estímulos. Como las emociones, creencias, forma de relacionarse, vivencias, estilo de vida y la fisiología. Al verse afectados, la excitación y el deseo sexual disminuyen.
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¿Qué es la disfunción sexual femenina?
La disfunción sexual en las mujeres es un trastorno provocado por la variación en la conducta sexual femenina. Estos cambios pueden desencadenar un descenso o ausencia del deseo de tener relaciones íntimas. Aunque también, puede ocasionar que quien lo padece no pueda disfrutar de las mismas.
Como es de esperarse, este tipo de problemas es capaz de afectar el bienestar de las mujeres. Así como sus relaciones más cercanas. Generalmente, las áreas que más suelen verse afectadas son: el deseo, el orgasmo, la excitación y la incapacidad de disfrutar. Debido al dolor que puede ocasionar tener relaciones sexuales.
Aunque la disfunción sexual femenina puede presentarse en cualquier momento de sus vidas, hay ciertos factores de riesgo. Los cuales, deben ser supervisados por un profesional. Esta visita se hace oportuna cuando las dificultades sexuales son cada vez más frecuente. También, cuando imposibilitan que la persona disfrute de las relaciones íntimas.
Algunas veces, la disfunción sexual aparece ante los diversos estímulos del entorno. Pero, también puede estar ocurriendo debido a una enfermedad subyacente. Es en esos momentos donde la visita al doctor se vuelve más que oportuna.
Síntomas de la disfunción sexual femenina
La disfunción sexual femenina se manifiesta a través de diferentes síntomas. De hecho, estos van a depender del tipo de dificultad sexual que estés atravesando. A continuación, te presentamos algunos de los síntomas más frecuentes:
- Trastorno orgásmico: este problema es visible cuando, después de haber sido estimulada continuamente y haber experimentado una gran excitación sexual. No se puede conseguir el orgasmo.
- Disminución o cese del deseo sexual: esta es una de las características más comunes de la disfunción sexual femenina. En la que el deseo sexual disminuye y, en algunos casos, desaparece. Ante la falta de interés sexual y, por ende, la imposibilidad de excitarse o mantener la excitación. Se hace imposible disfrutar de las relaciones íntimas.
- Trastorno de dolor sexual: en este caso, la persona siente dolor ante el contacto vaginal o la estimulación.
- Trastorno de excitación sexual: aunque el deseo sexual siga allí, existe la posibilidad de que la excitación se pueda mantenerse. También, se presenta como la ausencia de la excitación sexual. Va a variar según cada caso.
Causas de los problemas sexuales en mujeres
Ciertos cambios hormonales, como la menopausia y el parto, pueden hacer que nuestro organismo sufra algunos cambios. Pero también, existe la posibilidad que algunas enfermedades sean las causantes de la disfunción sexual femenina. Tales como la diabetes, deficiencia cardiovascular, el cáncer, entre otros.
Algunos de los factores que causan problemas de tal índole, los cuales suelen relacionarse entre sí, pueden ser los siguientes:
Factores hormonales
Ante la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen considerablemente. Esto provoca ciertos cambios en el comportamiento sexual y los tejidos genitales. Algo que sucede así porque, al disminuir el flujo sanguíneo de la zona genital. Se pierde cierta sensibilidad de la zona. Lo que resulta en la dificultad para alcanzar el orgasmo y mantener la excitación sexual.
El revestimiento de la vagina también se vuelve más delgado y pierde elasticidad. Sobre todo, cuando no se tiene una vida sexual activa. Esto puede provocar dispareunia, que es cuando el coito se vuelve doloroso. Por otro lado, el deseo de tener relaciones sexuales mengua conforme van disminuyendo la producción de hormonas.
Otros de los cambios hormonales que puede pasar la mujer, son la lactancia y el parto. Estos conducen a la sequedad de la vagina, por lo que puede provocar cambios en la respuesta sexual.
Factores físicos
Muchos de los problemas médicos pueden influir en la aparición de la disfunción sexual femenina. Entre esas enfermedades, la esclerosis múltiple, el cáncer, la insuficiencia renal, las deficiencias cardiacas, etc. Por otro lado, algunos tratamientos para la depresión, la presión arterial y quimioterapia pueden cesar el interés sexual. Así como la excitación y, por ende, la posibilidad de lograr el orgasmo.
Factores sociales y psicológicos
Afecciones emocionales, como la depresión y la ansiedad, pueden contribuir a la aparición de la disfunción sexual. De igual manera, un abuso sexual, así como un largo periodo de estrés, también pueden provocarla.
Durante el embarazo, el estrés y las preocupaciones referentes a la maternidad pueden ejercer cierta presión. Pero otros aspectos, tales como los problemas en pareja, el contexto religioso o culturar. Así como los problemas de autoestima también pueden influir.
Tratamiento para la disfunción sexual en mujeres
La disfunción sexual solo es un problema si la persona que la padece se siente incómoda. Y no puede disfrutar las relaciones sexuales debido a ella. Pero, si no es algo a lo que estés prestando atención, entonces no hay por qué alarmarse. Al menos en la mayoría de los casos.
Este trastorno tiene distintas causas subyacentes, así como diferentes características. En cualquier caso, es necesario que todas las preocupaciones sean comunicadas a un especialista. Solo así, se podrá dar con un tratamiento médico que atienda la necesidad de tu problema. De igual manera, se deben tomar en cuenta los objetivos que has planteado para tu vida sexual. Esto permitirá diseñar un tratamiento y determinar si es adecuado para tu caso.
El tratamiento médico puede incluir:
- Bremelanotida: se trata de un medicamento inyectado, que resulta efectivo para tratar la disfunción sexual en mujeres en la pre-menopausia. Es auto-administrado, y se inyecta debajo del vientre o del muslo previo al acto sexual.
- Terapia con estrógenos: se puede ofrecer como crema, comprimido o anillo vaginal. Esta terapia ayuda con el flujo sanguíneo vaginal, la elasticidad del músculo pélvico. De igual manera, aumenta la lubricación de la zona.
- Terapia con andrógenos: este tratamiento está enfocado en la testosterona, esa que juega un papel importante en el deseo sexual.
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