De las muchas enfermedades contagiosas provocadas por un virus, la rubéola es una de ellas. Por lo general, se trata de una patología de poca gravedad, siempre que se contraiga en los primeros años de vida. Se reconoce por producir erupción cutánea, además de otros síntomas que desarrollaremos a lo largo de este post. Pudiendo ser una enfermedad de gravedad, cuando se tiene en la adultez.
La rubéola puede llegar a infectar a un feto, si su madre contrae el virus en el embarazo. Cuando esto ocurre, el niño corre riesgos fatales, como malformaciones, nacimiento prematuro o la muerte. Por lo que es importante aprender a prevenirla correctamente. Esto y más conocerás en este post, así que, si el tema te interesa, continúa leyendo.
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Rubeola: ¿cómo se contagia?
El contagio de la rubeola puede ocurrir:
- Por contacto con una persona enferma. Esto se propaga por medio de la saliva, al estornudar, besar o toser.
- A través del embarazo, lo que se conoce como rubéola congénita. Los niños con esta enfermedad podrían estar desechando el virus por la orina y el aparato respiratorio hasta cumplidos los 2 años.
- En la placenta. Infectando al feto por este medio con el virus.
Una persona recientemente vacunada no es transmisora del virus.
Para evitar contagiar a otros individuos cuando se ha adquirido la rubéola, se recomienda lo siguiente:
- Mantener un reposo de 7 días en casa, desde el momento que el sarpullido inicia.
- Lavar las manos con frecuencia.
Una vez superada la enfermedad, el cuerpo crea defensas que impiden una reincidencia en el virus. Haciendo que un nuevo contagio sea muy raro. Aunque se han conocido casos de repetición de la rubéola.
¿Cuándo se puede manifestar esta enfermedad?
El virus de la rubéola puede atacar el cuerpo en cualquier momento. Su contagio aumenta en la primavera y los niños de 2 a 10 años son más propensos. Pero hoy en día, el mayor número de casos ocurren en adultos jóvenes que no han recibido una vacuna preventiva.
¿Cuáles son los síntomas de la rubéola?
Habitualmente, los síntomas del virus de la rubéola son leves, por lo que un buen porcentaje de pacientes, podrían no percibirlos. Se manifiestan de manera diferente en niños y adultos. Conforme más edad se tiene, el malestar puede ser mayor.
Desde que se adquiere el virus hasta que se dan los primeros síntomas, transcurren alrededor de 18 días. Una vez aparece el sarpullido, es cuando mayores posibilidades de contagio existen. Pero el tiempo en el que puede propagarse a otras personas va desde pocos días antes de la erupción hasta una semana después que desaparece.
Síntomas en niños
- Sarpullido en la piel: aparece en el rostro y se extiende por todo el cuerpo el primer día de brote. Desaparece luego de 3 a 5 días, pero puede prolongarse hasta 8 días. Algunos niños experimentan conjuntivitis y erupción del paladar blando.
- Febrícula: una fiebre ligera, menor a los 38°. Esta inicia de uno a cinco días antes del brote.
- Síntomas catarrales. Al igual que la febrícula, aparecen de uno a 5 días antes del sarpullido.
- Adenopatías: O lo que se conoce como inflamación de los ganglios del cuello y detrás de las orejas.
Síntomas en adultos
- Fiebre alta, sarpullido y adenopatías en cuello y detrás de las orejas.
- Síntomas catarrales fuertes.
- Dolores articulares. Estos pueden comprometer los dedos, las rodillas y las muñecas. Es más frecuente este síntoma en adolescentes y mujeres. El dolor puede mantenerse durante 30 días o más, tras la desaparición de la erupción.
- Inflamación y dolor de los testículos.
¿Puede complicarse esta enfermedad?
La complicación de la rubéola no es frecuente. Pero puede ocurrir:
- Sangrado: en 1 de cada 3000 afectados. Siendo más común en los niños.
- Encefalitis: la inflamación del cerebro es una complicación más frecuente en los adultos. Ocurre en 1 de cada 6000 pacientes, durante el tiempo que dura el brote de la piel. Tiene una tasa de mortalidad del 20 al 50%.
- Hepatitis leve.
- Rubéola congénita: es la trasmisión del virus de la madre al feto, por medio del embarazo.
¿Cómo se diagnostica la rubéola?
El diagnóstico clínico de la rubéola puede ser complejo, ya que se puede confundir con otras enfermedades que provoquen sarpullido. Además, este brote tiene una baja intensidad y corta duración. Para asegurarse de que se ha contagiado de este virus, deberán realizarse exámenes de sangre. Es muy importante descártelo con rapidez, principalmente en embarazadas.
¿Cómo es el tratamiento para este virus?
No existe, al día de hoy, un tratamiento concreto para la rubéola. Lo que se suele tratar, son los síntomas que aparecen con ella.
La fiebre suele tratarse con la toma de ibuprofeno o paracetamol. No se aconseja el uso de aspirina en los niños, porque puede producir un daño hepático fulminante. Es importante mantener muy cuidada la higiene de la piel, tomando una ducha obligatoria, diariamente.
¿Cómo prevenirse el contagio?
La vacunación contra este virus, lo que busca es prevenir la rubéola congénita. Además se puede prevenir la enfermedad de las siguientes formas:
- Evitando tener contacto físico con pacientes infectados.
- Recibiendo gammaglobulina durante el embarazo. También se puede administrar a personas no vacunadas que han tenido contacto con individuos infectados.
- Inoculando una pequeña dosis del virus.
Vacunas contra la rubéola
La vacuna triple vírica brinda protección frente a la rubéola, las paperas y el sarampión. Es una inyección muy efectiva que se aplica a los niños en dos dosis. La primera se recibe al primer año de edad y la segunda, entre los 3 y 4 años. Los adultos que no se han vacunado, deben recibir al menos una dosis. Es muy importante principalmente en las mujeres que se encuentran planificando un embarazo.
Con la vacuna se reduce el riesgo de contagiarse con el virus durante la gestación. Si la mujer no tiene la certeza de haber sido vacunada anteriormente, deberá someterse a un análisis de sangre para saberlo. Luego de la vacunación, se debe tomar un tiempo de un mes, antes de buscar el embarazo. La vacuna no debe administrarse cuando ya la mujer se encuentra gestando.
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