La piel es la primera barrera de defensa del cuerpo humano antes los diferentes agentes externos. Eso hace que pueda sufrir cantidades de enfermedades con orígenes tan variados como los agentes externos contra los que lucha. Uno de estos agentes externos son los hongos que pueden infectar la piel. Este es el caso del pie de atleta o tiña del pie o tiña podal.
Aunque el nombre de algunas enfermedades puede llevar a equivocaciones este no es el caso del pie de atleta. Se le da este nombre a la enfermedad porque su incidencia en deportistas es el doble que en otros pacientes. En este articulo te explicaremos que es, que la produce, cuáles son sus síntomas y los tratamientos para tratarla.
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¿Qué es el pie de atleta?
El pie de atleta es una infección contagiosa producida por los hongos que normalmente ataca los dedos de los pies. El ambiente húmedo y caliente creado por los zapatos hace que el hongo ataque preferentemente esta zona. Es una de las infecciones por hongos más común que existe. El 80% de la población puede llegar a desarrollarla en algún momento de su vida.
Los hongos que producen esta infección tienen un caldo de cultivo ideal en zonas húmedas y cálidas. El calzado, los calcetines, las duchas, saunas y piscinas son algunos ejemplos. La infección se da sobre todo en personas ente 20 y 59 años. Siendo raro que se presente en menores de 10 años. Los casos en hombres son 4 veces más frecuentes que en mujeres.
Causas del pie de atleta
Los hongos de la familia de los dermatofitos es la causa del pie de atleta. Son uno de los tipos de hongos que con más frecuencia atacan al ser humano. Estos se nutren de la queratina de la piel. Cuatro de ellos tienen un nivel muy alto de infección. Estos son:
- Epidermophyton floccosum.
- El más común de todos es el Trichophyton rubrum.
- Trichophyton Interdigitale.
- Trichophyton mentagrophytes.
Habitualmente el contagio se produce al frecuentar descalzos espacios públicos húmedos y calurosos como duchas, saunas o piscinas. Estos ambientes favorecen la proliferación de los hongos, sobre todo si lo hacemos con frecuencia y sin la protección adecuada. Los hongos pueden aparecer con más frecuencia si:
- Utilizas frecuentemente calzado cerrado sin una ventilación adecuada. Es primordial usar un calzado que facilite la ventilación de los pies.
- El uso de calcetines fabricados con materiales que impiden una transpiración correcta de los pies.
- No secas los pies correctamente tras el baño, especialmente en la zona entre los dedos. Debes dedicar tiempo a evitar que la humedad se quede entre los dedos favoreciendo el crecimiento de los hongos.
- Sudoración excesiva de los pies. En algunas personas se genera un sudor excesivo en los pies. Esto favorece la aparición de los hongos que causan el pie de atleta. Lo mejor es controlar la sudoración con un antitranspirante para pies.
- Si tienes frecuentemente pequeñas lesiones en los pies como heridas o cortes, esto ayuda a la entrada del hongo en la piel.
- Compartes con otra persona los objetos de uso personal como calcetines, toallas o zapatos. Esta práctica puede producir un contagio si alguno está enfermo.
Síntomas
Al ser una enfermedad contagiosa es primordial detectar el pie de atleta lo antes posible para empezar rápidamente el tratamiento. Ahora puedes ver cuáles son los síntomas según la evolución del pie de atleta:
- Erupciones en la piel: En las primeras fases del pie de atleta pueden notarse erupciones en la piel de los pies. Especialmente en la zona interdigitales que son escamosas y de color rojizo.
- Picores y descamaciones. Es común la aparición de picores y descamaciones en las zonas de piel afectadas. Estos picores se vuelven más intensos tras descalzarse.
- Inflamación y pústulas. Cuando la afección se encuentra más avanzada pueden aparecer ampollas y ulceras en los pies.
- Propagación a otras zonas. En la última fase del pie de atleta, el hongo puede extenderse al otro pie o a las uñas. Al encontrarse en las uñas, estas presentan engrosamiento, decoloración e incluso pueden caerse.
Tratamiento
Existen tratamientos disponibles en farmacia en forma de cremas o polvos antifúngicos para el tratamiento de pie de atleta. Si el tratamiento con productos sin receta médica y la infección no mejora pasadas entre 2 y 4 semanas. Ve a tu médico, este valorará la patología y te prescribirá el tratamiento más adecuado.
Inicialmente el tratamiento consta de antimicóticos por vía tópica ya sean cremas o ungüentos. Estos medicamentos pueden ser miconazol, clotrimazol o tolnaftato. Se recomienda continuar el tratamiento pasadas dos semanas de la desaparición de los síntomas. Así se puede evitar que la infección reaparezca. Aplica el tratamiento a los dos pies.
En casos de infecciones más graves, el médico puede prescribirte terbinafina o itraconazol. Que son otros medicamentos antimicóticos. En los últimos años las cremas con bifonazol han elevado las tasas de curación definitiva en un 90%.
Como prevenir el pie de atleta
Aunque es importante curar el pie de atleta y conozcamos los tratamientos para ello, también es importante prevenirlo. Si aun no has sufrido esta infección o quieres prevenir la tiña del pie sigue los siguientes consejos:
- No vayas descalzo en lugares públicos: Zonas públicas como las piscinas, saunas y duchas comunitarias son los ambientes que más favorecen la proliferación de estos hongos.
- Mantén los pies secos, sobre todo la zona interdigital: Sécalos bien tras cada baño y airéalos para no acumular humedad en la zona.
- Usa zapatos que te ayuden a reducir la sudoración: Así evitas el contagio o la propagación del pie de atleta. Es recomendable el uso de calzados hechos con materiales transpirables.
- Alterna los zapatos y ventílalos. Es recomendable ventilar los zapatos después de usarlos. Alterna el calzado para que el sudor no se acumule y favorezca un ambiente ideal para la propagación de hongos.
- Cambia de manera frecuente tanto de medias y calcetines: En estas prendas se acumula el sudor de los pies a lo largo de todo el día.
- Nunca compartas tu calzado: Si una persona infectada hace uso de tus zapatos aumentaras el riesgo de contagio. Tampoco debes compartir otros objetos uso personal como toallas o calcetines.
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