Algunas veces, podemos percibir ciertos movimientos involuntarios en algunas áreas de nuestra cara. Aunque puede pasar desapercibido, hay que prestar especial atención cuando es algo que nos ocurre frecuentemente. El nistagmo es una afección capaz de controlar el movimiento de nuestros ojos. Por tanto, crea movimientos involuntarios de un extremo al otro o circularmente. Esto puede ocurrir rápida o lentamente, y es bastante frecuente que pase en ambos ojos.
Quienes padecen de nistagmo conocen la necesidad de inclinar o voltear el rostro para poder ver lo que le rodea. Hay veces, incluso, donde los ojos pueden moverse más rápidamente y parece que la condición empeora. Esto va a depender de lo que se esté mirando. Pero, por regla general, suele disminuir cuando se inclina o gira la cabeza hacia donde se requiere mirar. El nistagmo ocular puede afectar tanto a niños como a adultos. Pero permítenos hablarte más a profundidad a continuación.
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¿Qué es el nistagmo?
El nistagmo, que también se le conoce como nistagmus, es esa oscilación involuntaria y rítmica de los ojos. El movimiento, que puede ser de lado a lado, de arriba a abajo o circular, se caracteriza por bifásico. Es decir, que tiene dos fases: una de ida y la otra de vuelta. A su vez, se puede clasificar en dos tipos:
- Nistagmus pendular: se refiere a ese tipo de movimiento cuyas fases son simétricas en velocidad.
- Nistagmus en resortes: las fases no se relacionan entre sí, sino que una puede ir más rápida que su opuesta.
Para identificar el nistagmo es necesario reconocer las siguientes características: frecuencia, amplitud, intensidad y dirección.
- Dirección: puede ser horizontal, torsional, vertical o combinado.
- Frecuencia: manifiesta el número de movimientos por minuto.
- Amplitud: se refiere al recorrido que hacen los ojos en cada fase.
- Intensidad: es el resultado de la amplitud por la frecuencia.
Las personas con nistagmo suelen manifestar más frecuentemente es el del tipo horizontal. Cuando se habla de nistagmo conjugado, se está indicando que los ojos mantienen una oscilación simétrica. Es decir, su amplitud, frecuencia y dirección es la misma en ambas miradas. En el caso contrario, es el tipo disociado o disconjugado.
Algunas personas con nistagmo cuentan con una zona de bloqueo o neutra. Hace referencia a un área donde la oscilación desaparece o disminuye.
Tipos de nistagmo
El nistagmo puede clasificarse en varias categorías. Así que, a continuación, te presentamos algunos de los tipos de nistagmo según su clasificación:
Según la edad
Los tipos de nistagmus según la edad son:
- Nistagmo congénito: Este tipo suele aparecer entre las primeras seis semanas y los tres meses después del nacimiento del niño. Los infantes que padecen esta afección pueden presentar las oscilaciones en ambos ojos. Los profesionales de la salud suelen desconocer la causa de esta condición. Pero puede deberse a factores genéticos hereditarios. Los niños no ven las cosas como si se estuviesen moviendo, sino borrosas.
- Nistagmo adquirido: puede aparecer después de los primeros seis meses de vida. Generalmente, se desarrolla en etapas más avanzadas y tiene diversas causas. Entre las cuales, cabe destacar el consumo de alcohol y drogas. Pero no se puede descartar la incidencia de afecciones médicas graves. A diferencia de los infantes, los adultos sí suelen percibir los movimientos como si las cosas “temblaran”.
Según la causa
Los tipos de nistagmus según la causa son:
- Nistagmus fisiológicos: estos son los más habituales. Se denominan en: optocinético, el cual se produce al seguir objetos en movimiento; y vestibular inducido.
- Nistagmus patológicos: como resultado de alguna lesión neurológica u ocular. Entre ellos, de la mirada extrema; síndrome de nistagmus infantil; síndrome de nistagmus por mal desarrollo de la fusión. Así como síndrome de bloqueo del nistagmus.
- Nistagmus idiopáticos: de causa desconocida. Cuando los niños presentan agudeza visual considerablemente buena y sin causa aparente.
Síntomas del nistagmo ocular
El síntoma principal, y quizás el más notable, es la oscilación ocular incontrolable e involuntaria. Generalmente, este movimiento suele ser de lado a lado. Pero también existen algunos pacientes cuya oscilación es de arriba hacia abajo o circular. No existe una velocidad establecida, puesto que puede variar entre rápido y lento. Pero de lo que sí tenemos seguridad, es que por lo general suele afectar a ambos ojos.
Luego del movimiento involuntario de la mirada, también es importante identificar los siguientes síntomas:
- Sensación de que el mundo, nuestro entorno, se está moviendo de un lado a otro.
- Poca o ninguna capacidad para ver en entornos oscuros o nocturnos.
- Sensibilidad a la luz.
- Problemas de visión.
- Constante necesidad de mantener la cabeza inclinada o doblada.
Como se puede intuir, el nistagmo y vértigo suelen ir de la mano. Esta afección suele crear constantes mareos y sensación de inestabilidad. Así que este es uno de los síntomas más frecuentes y asociados al nistagmus.
Causas
Lo cierto es que las causas de la aparición del nistagmus pueden deberse a múltiples factores. Cuando se trata de infantes, pueden ser varias, pero también complicadas de identificar y diagnosticar. Es por esto que, generalmente, se clasifican dos grupos:
- Nistagmus de origen ocular: albinismo, disforias retinianas, aniridia, enfermedades de la retina y del nervio ocular, cataratas congénitas, etc.
- Nistagmus de origen neurológico: leucomalacia periventricular, meninginis, enfermedades desmielinizantes, hidrocefalia, encefalitis, hemorragias, infartos cerebrales, tumores del nervio óptico, hipófisis, etc.
En cualquier caso, se recomienda diferenciar las causas neurológicas y oculares a través de la evaluación de médicos especialistas. Esto permitirá dar con el diagnóstico adecuado.
Tratamiento
El tratamiento del nistagmo se enfoca en disminuir su frecuencia y la amplitud. Pero también pretende mejorar la agudeza visual y la tortícolis. Por tanto, el tratamiento médico suele incluir:
- Uso de fármacos: pero muchas veces no se obtiene el efecto deseado.
- Prismas: se usan para corregir el nistagmus horizontal con tortícolis.
- Óptico: lentes de contacto y gafas.
- Toxina Botulínica: se inyecta en los músculos horizontales para poder relajar ambos ojos. Sin embargo, puede provocar caída de los párpados y visión doble. Así que, es poco recomendado.
- Tratamiento de la ambliopía: a través de farmacología o penalización ocular en el ojo cuya visión no está tan desmejorada.
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