En caso de sentir debilitamiento. Cansancio o quizás otros síntomas relacionados a la fatiga corporal. Probablemente estés necesitando de minerales y vitaminas para restaurar el organismo. Ambas como nutrientes esenciales. Evitan consecuencias para la salud, pues éstas se encargan de mantener el cuerpo en buen estado. Fortalecen el sistema inmunológico, regulan las funciones. Restauran los tejidos y previenen de enfermedades.
La importancia de las vitaminas y minerales. Radica en que proporcionan los requerimientos necesarios para aumentar la energía. Mantener el organismo hidratado. Permitiendo que desde su origen natural, ayude a cubrir todas las necesidades. Para continuar funcionando perfectamente, aunque en ocasiones. Debido a los malos hábitos alimenticios y un desgastante por estilo de vida. Estas pueden verse afectadas. Hasta el punto de requerir cambiar la conducta al comer para recuperarse.
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Minerales y vitaminas ¿Cuál es su función?
Es fundamental conservar en el cuerpo los minerales y vitaminas que necesitamos para poder vivir. Ya que estas repercuten directamente en el bienestar del organismo en todos los aspectos. Desde los huesos hasta la sana apariencia de la piel y sus tejidos. Son prácticamente los nutrientes que se requieren. Para continuar con nuestras funciones vitales. Influyendo además en el favorable curso del metabolismo.
Sirven como agente reparador, rejuvenecedor y aunque ambas trabajan de la mano. Tiene sus funciones específicas en el ser humano en materia de accionar. Para contribuir cada una en restaurar determinada tarea. En el caso de las vitaminas, siendo compuestos orgánicos. Se obtienen a partir del consumo de verduras, frutas y animales. Generando como función convertirse en fuente de energía que ayuda al sistema inmunológico.
Dentro de su proceso, también ejerce como refuerzo de las células y órganos. Contribuye a la coagulación, restaura y revitaliza la piel. Abarcando cabello, vista, dientes y capacidad de defensa. en caso de malestar o padecimiento. Pues ayuda en materia de protección y aumento de los glóbulos blancos.
Con respecto a los minerales. Los cuales son compuestos inorgánicos obtenidos desde el suelo o el agua. Siendo absorbido por las plantas y animales. Se enfocan en los procesos químicos que van desde el control del metabolismo. Hasta la labor de reestructurar los tejidos. Y propiciar el buen desarrollo de los huesos. Reforzando las áreas internas con efecto hacia el exterior.
¿Cuáles son los minerales?
Con respecto a los minerales, cuya procedencia viene de la tierra y el agua. Estas se traducen en diferentes elementos que son: el calcio, potasio, magnesio. Hierro, sodio, cloro, zinc, flúor y azufre. Cada una de ellas, está presente en diferentes productos que consumimos. Los cuales como mineral único, accionan favorablemente en distintas áreas del organismo.
En ese caso, si comemos carne, huevos, fruto seco. Maíz o pescado, estaríamos consumiendo minerales como: zinc, hierro. Fósforo, magnesio y yodo. Si buscamos calcio tenemos la leche, legumbres. Y hasta la carne en determinada porción. Es decir, por medio de los alimentos nos nutrimos de minerales necesarios. Que ayudan al metabolismo, sirven como antioxidantes. Benefician la tiroides y la estructura ósea.
De la misma forma, provee de múltiples ventajas. Para regenerar las células, hidratar a profundidad. Y favorecer el buen funcionamiento del aparato intestinal.
¿Cuáles son las vitaminas?
En relación a las vitaminas, siendo orgánicas de origen animal o vegetal, podemos tenerlas en dos grupos específicos como las liposolubles (A, D, E , K) siendo las que no se disuelven y las pertenecientes al grupo de hidrosolubles que se disuelven en agua, identificadas como C y complejo B. Partiendo de ambas, se obtienen diferentes beneficios conforme a su fuente natural.
Sobre el primer grupo identificadas como liposolubles, se consiguen en espinacas, verduras, cereales, aceites vegetales, sardinas, atún, hígado, tomate, coliflor, queso y leche materna. De manera natural, al consumir estos alimentos bajo un buen hábito, podemos suministrarle al organismo gran proporción de vitaminas en las cantidades adecuadas. Cabe agregar que la vitamina D, también puede ser obtenida mediante el sol que lo proporciona de manera natural durante cierto tiempo.
Entrando en los hidrosolubles, para la vitamina C, las frutas cítricas, brócoli y patatas son una excelente fuente. Los frutos secos caben en el complejo B, al igual que los mariscos, levadura de cerveza, vísceras de animales, pescado azul, langostas, cerdos y ternera. Sus beneficios son innumerables, enfocados en regular la coagulación, mejorar la visión y actúa en defensa de mantener saludable y protegida la piel, potenciando sus virtudes al igual que en la zona capilar.
Dichos elementos fortalecen notablemente el cuerpo en su exterior, consumiendo las proporciones requeridas que amerita el organismo para suplir la carencia y de esta manera, recibir el beneficio.
¿Cómo saber si me faltan minerales y vitaminas?
En caso de faltar los minerales y vitaminas que necesita tu cuerpo, ocurrirán una serie de reacciones las cuales podrás detectar en el transcurso del día, pues se presentan distintos cambios sorpresivos los cuales son señal de que algo está fallando por falta de estos nutrientes esenciales. Entre los indicios está la presencia de fatiga constante, anemia que se evidencia de igual forma en la baja de hemoglobina por falta de hierro, fragilidad en los huesos que es señal de carencia de calcio.
Seguidamente, la continua resequedad en la piel, es aviso de faltar refuerzos en vitamina E, que también puede verse reflejado en el cabello cuando hay resequedad, problemas en el cuero cabelludo, aspecto poco luminoso y muy opaco con falta de vitalidad. Del mismo modo, podemos sentir debilidad muscular, falta de fuerza y hormigueo, indicio que llama al complejo B para actuar que también aporta si sientes falta de oxígeno o mareos.
Evidentemente, esto se traduce en una deficiencia nutricional, que al no implementar un buen hábito alimenticio, podemos sufrir de innumerables enfermedades, ya que alimentamos al cuerpo de la forma incorrecta, proporcionando niveles de exceso que afectan los valores en colesterol, grasas, azúcares entre otros aspectos sin dar enfoque hacia los minerales y vitaminas que realmente requiere nuestro cuerpo.
¿Qué puedo hacer si tengo carencia de nutrientes esenciales?
Lo importante al momento de detectar cambios desfavorables en nuestro cuerpo, es acudir al médico especialista o nutricionista, quien indicará el nuevo régimen alimenticio que debe formar parte de tu hábito diario en función de fortalecer aquellos niveles de minerales y vitaminas que estén por debajo de lo normal.
De la misma forma, debes eliminar aquellos alimentos que perjudican la salud y no ayudan a desintoxicar el organismo como el consumo excesivo de alcohol, la frecuente preparación o compra de comida chatarra que implique exceso de grasas, carbohidratos que pasen de la proporción adecuada, la toma de jugos procesados o refrescos que contienen grandes cantidades de azúcar.
Una mala alimentación, carece de los nutrientes esenciales que necesita el cuerpo, contribuyendo de esta forma a la aparición de enfermedades o padecimientos que pueden verse reflejados en la piel, la actividad cotidiana, la disminución de energía, constante sensación de sueño, poca concentración, cansancio, diabetes, dificultad para respirar, problemas del corazón y otros.
Es fundamental acudir al experto en salud y cumplir al pie de la letra las recomendaciones, evitando que desmejore la salud y termine en diagnósticos que pudieron prevenirse. Atender de inmediato en las primeras señales de fatiga o cansancio, es clave para detener el avance y así ayudar a nuestro organismo a recuperarse a tiempo fortaleciendo el sistema inmunológico.
¿Cuáles son las consecuencias?
Si dejamos pasar el tiempo con respecto a atender la carencia de minerales y vitaminas, y continuamos con la falta de una alimentación balanceada que puede estar unida con el estrés, la ansiedad, la falta de descanso y el descontrol, esto aceleraría las consecuencias con un desgaste significativo que resulta en diferentes tipos de enfermedades que llevarían a un tratamiento permanente o temporal.
De los padecimientos más comunes, aparece la anemia que es la baja significativa de hemoglobina lo que se traduce en la falta de hierro en la sangre. Esto trae muchas consecuencias, ya que puede caerse el pelo, cambia la tonalidad de nuestra piel, se siente una fatiga continua generando entre sus probabilidades latidos irregulares en el corazón.
Por otro lado, también aparece la diabetes en sus diferentes tipos, ya que el consumo excesivo de azúcares en sus diferentes presentaciones y comer en horas donde el organismo no está activo para procesar adecuadamente, aumentaría los niveles de triglicéridos, colesterol y azúcar en la sangre propiciando este padecimiento que en muchos casos, debe ser controlado toda la vida.
Los cálculos renales o litiasis renal se hacen presentes ante la falta de hidratación, lo que se aleja de una dieta alimenticia saludable, generando fuertes dolores y el padecimiento continuo. Otros casos radican en la falta de fibra, apareciendo el estreñimiento, dificultades para evacuar y hemorroides ante la poca cantidad de heces y días sin ir al baño, señal de problemas en el colon, el cual necesita desintoxicarse bajo un nuevo hábito alimenticio.
Cada uno de los padecimientos, se traduce en una debilidad del sistema inmunológico que también nos expone a adquirir gripes, virus, alergias entre otros diagnósticos, pues las defensas no están en sus óptimas condiciones para defender el cuerpo.
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