Nuestro sistema inmunitario cumple la función de protegernos de agentes externos. Identifica el problema y los ataca con todos lo medios, a veces ayudado por agentes externos como son los medicamentos. Pero en algunos casos algo falla en el proceso y el sistema ataca a nuestro propio cuerpo. Esto ocurre con la esclerosis múltiple.
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¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmunitaria que afecta al cerebro y al sistema nerviosos central (medula espinal). Esto quiere decir que es nuestro propio sistema inmunitario el que está atacando nuestro cuerpo. Este ataca la mielina, que es la capa protectora que recubre las fibras nerviosas.
La esclerosis múltiple produce un deterioro de los nervios e incluso dañándolos por completo. Ocurre por que también llega a dañar los axones o fibras nerviosas del sistema nervioso central. Afecta a la medula espinal de modo diseminado, atacando a los nervios ópticos, tronco cerebral, sustancia blanca cerebral y encéfalo.
Los casos en mujeres son mayores que en los hombres y suele producirse entre los 20 y 40 años. Hoy en día no se dispone de una cura para la enfermedad. Sin embargo, hay tratamientos que permiten controlar los síntomas y acelerar el tiempo de recuperación de los ataques. Estos tratamientos también cambian el curso de la enfermedad.
Síntomas
Los síntomas de la esclerosis múltiple pueden variar de un paciente a otro y durante la evolución de la enfermedad. Pueden ser leves o severos, empezar un día y desaparecer de golpe o durar meses. Por esta capacidad de aparecer y desparecer de los síntomas, los médicos los llaman ataques o exacerbaciones.
A estas manifestaciones de la enfermedad se la llama recaída-remisión. También hay otra forma de comportarse de la enfermedad que es progresiva. Esta suele suceder durante varios años de ataques. Los síntomas pueden producir problemas de visión como:
- Visión doble prolongada.
- Dolores al mover el ojo, pérdida de visión parcial o total generalmente en un ojo a la vez.
- Visión borrosa.
Hay síntomas que afectan al movimiento. Algunos ejemplos son los siguientes:
- Movimiento inestable, tembleques y problemas de coordinación.
- Puedes sentir las extremidades débiles o entumecidas. Suele producirse en un lado del cuerpo cada vez. El entumecimiento y la debilidad también puede producirse en el tronco y las piernas.
- Sensación de choque eléctrico al realizar ciertos movimientos del cuello, especialmente al inclinarlo hacia delante.
Otros síntomas de la enfermedad pueden ser:
- Fatiga
- Puedes sentir partes de tu cuerpo doloridas o con hormigueo.
- Mareos
- Hablar arrastrando las palabras.
- Problemas con los intestinos, vejiga y la función sexual.
Causas
Se desconocen las causas que producen la enfermedad. Los estudios realizados sobre la esclerosis múltiple hablan sobre la alteración del sistema inmunitario. Se ha descubierto que las células inmunitarias tienen un comportamiento anormal en los cerebros de los pacientes con esclerosis múltiple. Pero aún no se sabe el porqué de este comportamiento.
A medida que la enfermedad avanza se produce un atrofiamiento de la corteza cerebral. Formándose unas placas de materia blanca visibles al realizarse un escáner cerebral especifico. No esta claro por que la enfermedad ataca a unas personas y a otras no. Aunque se cree que puede deberse a una combinación de factores ambientales y genéticos.
Factores de riesgo de la esclerosis múltiple.
Estos factores pueden aumentar los riesgos de sufrir esclerosis múltiple:
- Sexo. Las mujeres tienen entre dos y tres veces más probabilidades de sufrir esclerosis múltiple que los hombres.
- Antecedentes familiares. El riesgo de sufrir la enfermedad aumenta si uno de tu progenitores o hermanos enfermo de esclerosis.
- Edad. Aunque la enfermedad puede presentarse a cualquier edad, es más común que se presente entre los 20 y 40 años. Las personas de mayor o menor edad pueden sufrir esclerosis múltiple.
- Raza. Las personas de raza blanca, especialmente de ascendencia norte europea, tienen un mayor riesgo de sufrir esclerosis múltiple. Corren menor riesgo de desarrollar la enfermedad personas de descendencia africana, asiática o indígena estadounidense.
- Virus. Se asocian varios virus a la enfermedad. Uno de ellos el de Epstein Barr, que es el causante de la mononucleosis infecciosa.
- Vitamina D. Tener bajos los niveles de vitamina D y una baja exposición a la luz solar aumenta el riesgo de desarrollarla.
- Tabaquismo. Una vez sufrido el primer síntoma que puede indicar que el paciente puede sufrir la enfermedad. Los fumadores tienen más probabilidades de sufrir un segundo síntoma que confirme las esclerosis múltiple recaída-remisión.
- Ciertas enfermedades autoinmunitarias. Los pacientes que sufren otros trastornos autoinmunitarios tienen un riesgo levemente mayor de desarrollar esclerosis múltiple. Algunos ejemplos de estos trastornos son la anemia perniciosa, psoriasis, enfermedad tiroidea, enfermedad intestinal inflamatoria o diabetes tipo 1.
- Clima. La esclerosis múltiple es más frecuente en países que poseen un clima templado.
Tratamiento
Como ya hemos dicho anteriormente la esclerosis múltiple no tiene cura. Debido a esto su tratamiento trata de acelerar la recuperación tras los ataques y frenar el avance de la enfermedad. Además de tratar los síntomas. En algunos pacientes los síntomas son tan leves que no es necesario el tratamiento.
Tratamiento para los ataques de esclerosis múltiple
- Plasmaféresis. Este proceso es un intercambio de plasma sanguíneo. Para ello se extrae el plasma sanguíneo, que es la parte liquida de la sangre, de las células sanguíneas. Después las células sanguíneas se mezclan con albumina, que es una solución proteínica y se reintroducen en el cuerpo. Este tratamiento puede usarse en pacientes con síntomas nuevos, graves y si no han respondido a los esteroides.
- Corticosteroides. Puede recetarse prednisona oral y la metilprednisolona intravenosa para reducir la inflamación de los nervios. Algunos de los efectos secundarios del tratamiento pueden ser estos:
- Subida de los niveles de glucosa en sangre.
- Cambios de humor.
- Retención de líquidos.
- Aumento de la presión arterial.
Tratamientos para modificar el avance
La gran parte de la respuesta inmunitaria asociada a la enfermedad se produce durante las primeras etapas. Tratar agresivamente con medicamentos lo antes posible puede bajar la tasa de recaída y retarda la aparición de nuevas lesiones. Además, reduce potencialmente el riesgo de sufrir atrofia cerebral y la acumulación de discapacidades.
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