El corazón es uno de los órganos que experimenta mayores cambios con el paso de los años. A medida que las personas envejecen aumenta la rigidez de las arterias mayores. Y esto trae como consecuencia una mayor tendencia a sufrir de hipertensión. Además, dicho proceso de endurecimiento arterial provoca fallos en el sistema eléctrico del corazón, haciendo que los latidos cardiacos se tornen más rápidos, lentos o irregulares y por ende aumentado las probabilidades de arritmia cardiaca en ancianos.
La agitación en el pecho, los latidos acelerados, los latidos muy lentos, la dificultad para respirar y los dolores en la caja toráxica. Al igual que la sudoración, los mareos y los desmayos repentinos. Son síntomas comunes que se desprenden de problemas asociados al ritmo cardiaco. Sin embargo, dependiendo del tipo de arritmia que sufra la persona, las complicaciones derivadas por esta afección serán más o menos severas.
Así que, si presentas alguno de los indicios típicos de esta patología o si sientes que de vez en cuando te falta el aliento. Programa una cita con el cardiólogo para identificar de forma oportuna el tipo de arritmia que estás padeciendo.
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¿Por qué es preocupante la arritmia cardiaca en ancianos?
Los adultos mayores atraviesan por procesos degenerativos inherentes a la edad y por ello sus sistemas son más propensos a sufrir desajustes que alteran el ritmo y la frecuencia cardiaca. Esto los hace una de las poblaciones más susceptibles a padecer infartos y de accidentes cerebro vasculares. Un corazón sano, por lo general, tiene una frecuencia cardiaca de 60 a 100 latidos por minutos en un estado normal de reposo.
Sin embargo, cuando una persona presenta un cuadro de arritmia, que no es otra cosa que un latido irregular del corazón. La frecuencia cardiaca se eleva por encima de los 120 latidos por minutos ocasionando taquicardias. Aunque también puede ocurrir lo contrario. Es decir, que el corazón se contraiga en menor medida o por debajo de los 50 latidos por minutos, generando bradicardias. Una frecuencia del ritmo cardiaco mucho más lenta.
La mayoría de las taquicardias no acarrean complicaciones, siempre y cuando se traten de forma precoz. Pero si se dejan avanzar sus síntomas o se ignoran por mucho tiempo, pueden llegar a desencadenar graves problemas de salud. Incluyendo una disminución en la capacidad de bombeo del corazón o un paro cardiaco. Algo similar ocurre con las bradicardias que, a diferencia de las taquicardias, puede hacer que el individuo sufra de desmayos frecuentes.
En tal sentido, debido a que los riesgos de experimentar esta enfermedad se incrementan con la edad. Las arritmias cardiacas constituyen una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en adultos mayores. De hecho, se estima que la fibrilación arterial tiene una prevalencia más alta en personas mayores de 65 años y al menos un 10% de los ancianos mayores de 80 años presentan algún tipo de arritmia.
¿Cuáles son sus principales causas?
Las arritmias cardiacas pueden desarrollarse por la incidencia de múltiples factores. Estos van desde malos hábitos alimenticios hasta patologías de base que ocasionan alteraciones en el resto del organismo. Sin embargo, es de gran relevancia precisar las principales causas que las originan a fin de reducir el mayor contacto posible con dichos agentes desencadenantes.
Los fumadores y las personas que abusan del consumo de drogas tienen un riesgo más alto de padecer de enfermedades cardiacas. Pero también existen otras variables que inciden en trasmisión regular de los impulsos eléctricos que coordinan los latidos del corazón. Por tanto, te presentamos algunos de ellos:
Ataque cardiaco
Un ataque cardiaco se produce cuando se presenta la obstrucción de una o más arterias que llevan sangre y oxígeno al corazón. Este tipo de eventos impacta directamente en el sistema eléctrico que controla los latidos y hará que la frecuencia y el ritmo cardiaco estén más elevados. Al menos mientras la persona cursa por dicho episodio.
Obstrucción de las arterias del corazón
Las enfermedades coronarias implican una obstrucción progresiva de las arterias por depósitos de grasa y esto impide que la irrigación sanguínea se de con normalidad. La cardiopatía coronaria y la cardiopatía isquémica, son una de las principales afecciones de esta naturaleza que contribuyen con la manifestación de arritmia cardiaca en ancianos.
Presión arterial alta
La hipertensión hace que las cavidades del corazón trabajen con más presión y esto aumenta el riesgo de padecer de fibrilación auricular. Y de la formación de coágulos de sangre en el corazón. Así que indiscutiblemente existe una relación directa entre presión arterial alta y arritmia cardiaca en ancianos. Incluso este es uno de los principales motivos por los que los adultos mayores son más propensos a experimentar alteraciones en el ritmo cardiaco.
Problemas de la tiroides
El hipotiroidismo y hipertiroidismo alteran el funcionamiento del metabolismo y de diversas funciones vitales en el organismo. El primero se asocia con un déficit hormonal y aumenta la tendencia a engordar, mientras que el segundo se caracteriza por una excesiva segregación de hormonas y causa pérdida de peso.
Pero, a su vez, entre algunos de sus desajustes más notables provocan el aumento de la frecuencia cardiaca. Lo que los hace un de los principales factores de riesgo de arritmia.
Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol
La nicotina hace que los vasos sanguíneos se estrechen y que el corazón trabaje más para empujar la sangre. Además, incrementa las probabilidades de coagulación sanguínea, dañando las células que recubren las arterías y provocando enfermedades coronarias que avivan las irregularidades en la frecuencia cardiaca.
Lo mismo ocurre con el alcohol que en cantidades excesivas debilita el corazón y causa patologías como la miocardiopatía dilatada que disminuye el bombeo de la sangre.
Diabetes y estrés
Y, por último, la diabetes y el estrés constituyen otros potenciales factores de riesgo para sufrir de arritmias cardiacas. Los altos niveles de glucosa en sangre pueden dañar los vasos sanguíneos y favorecen la acumulación de grasa en las arterias. Un proceso que a final de cuentas termina obstruyendo la irrigación sanguínea.
Mientras que los altos niveles de estrés tienen un impacto directo en la presión arterial y esto hace que los músculos se tensen, se aceleren y funcionen con mayor velocidad.
¿Cómo se diagnostica la arritmia cardiaca?
El diagnóstico de una arritmia cardiaca en ancianos demanda de la evaluación exhaustiva de un cardiólogo. Este especialista se encargará de precisar la afección que está comprometiendo la salud del paciente y empezará por ahondar en los síntomas. Luego procederá a realizar una valoración física y tras recabar esas primeras impresiones y conocer los antecedentes médicos. Pasará a realizar pruebas más detalladas para monitorear los latidos y confirmar la arritmia cardiaca.
El electrocardiograma es uno de los principales estudios que se lleva a cabo para chequear la actividad eléctrica del corazón. Pero dicho profesional también puede apoyarse en otros mecanismos como el monitor Holter para registrar la actividad de dicho órgano mientras cumples con tu rutina diaria.
Asimismo, otros instrumentos y exámenes que son de gran utilidad para diagnosticar esta patología son el monitor de eventos, el registrador de bucle implantable, la prueba de mesa inclinada, la prueba de esfuerzo y el estudio electrofisiológico. Todo dependerá del cuadro de arritmia que presente la persona y de la información adicional que demande el cardiólogo para indicar un tratamiento más preciso.
Tipos de arritmia cardiaca
Las arritmias cardiacas pueden clasificarse en dos grandes grupos dependiendo de donde se originen y de la velocidad de la frecuencia cardiaca que provoquen. En tal sentido, podemos hablar de taquicardias cuando los latidos del corazón son más rápidos y superan los 100 bombeos por minuto en estado de reposo. O de bradicardias, cuando la frecuencia cardiaca es más lenta y menor a los 60 latidos por minuto.
Taquicardias originadas en las aurículas
Aunado a ello, existen al menos dos tipos de taquicardias. Las que se originan en las aurículas y las que ocurren en los ventrículos, que vendrían siendo las más peligrosas. Dentro de las que se desarrollan en el plano de las aurículas destacan la fibrilación auricular, el flutter auricular, la taquicardia supraventricular y el síndrome de Wolff-Parkinson-White.
Taquicardias originadas en los ventrículos
Mientras que las entre las que se desarrollan en los ventrículos o en las cavidades inferiores del corazón. Se encuentran la taquicardia ventricular, la fibrilación ventricular y el síndrome de QT largo, que es especialmente peligroso por provocar desmayos que ponen en riesgo la vida.
Arritmias cardiacas por bradicardia
Por otra parte, dentro de las arrítmicas cardiacas por bradicardia podemos hallar el síndrome de disfunción sinusual. Una alteración que implica un mal funcionamiento de nódulo responsable de establecer el ritmo cardiaco.
Pero además de ello, dentro de esta lenta frecuencia de latidos, pueden presentarse al menos cuatro tipos de bloqueo. El bloqueo de conducción, el bloqueo auriculoventricular de primer grado, el auriculoventricular de segundo grado y el bloqueo auriculoventricular de tercer grado.
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